miércoles, 13 de enero de 2010

67 La vibora - Viborita

Cuando Viborita entró a la escuela primaria, todavía no se llamaba Viborita. Vivía en una de las villas que crecieron a la sombra de la fábrica de carrocerías para colectivos llamada El Detalle. Viborita, antes de serlo, nunca llegó a construir cariño entre sus pares infantes. Y después de serlo, salió despedido por la puerta pequeña del olvido escolar, tras su fugaz irrupción por la ventana grande del miedo. Viborita fue Viborita a partir de que puso una culebra en el bolsillo del guardapolvo de una de sus compañeras. Imposible olvidar la cara de terror de la pequeña cuando, al meter su mano en el bolsillo, se encontró con la forma sinuosa y la piel fría del reptil. Es probable que nunca nadie le haya preguntado a Viborita por qué hizo lo que hizo. Pero en sus ojos se leía la dulce venganza de un amor no correspondido.


J. Martínez

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