viernes, 22 de enero de 2010

38 Las Piedras - Piedras hasta en la sopa

Se dice del idioma que es como una selva. Se supone que porque cada palabra nos regala un mapa casi infinito de significados. Dichos, refranes, formas de hablar en realidad, que existen mucho antes de las redes sociales, y que desde siempre traducen, a su manera, lo que cada pueblo tiene que decir de las cosas.

La presencia de “la piedra” en el habla, en el lenguaje, es impresionante… Muy rica… Repasemos entonces algunos usos de la piedra. Cayó piedra sin llover. El invitado imprevisto, el tipo al que no esperábamos, el que no sé por qué casi siempre “cae” con una sonrisa en los labios. Mientras que vos lo único que te importa es cómo zafar.

También entre las piedras “malas” está la piedra en el camino, el obstáculo con pinta de que al final se va a poder superar, la piedra en el camino. Más molesta puede ser la piedra en el zapato. Pero basta con agacharse, sacarse el mocasín, sacudir un poco y volver a empezar.

La piedra de toque es como una prueba, y depende cómo te vaya con el asunto te podés quedar de piedra. Siempre te podés comer una pizza a la piedra, pero fijate dónde porque te puede caer como una piedra. También te podés quedar de piedra si la piedra del granizo es muy gorda. Y ni te cuento si te toca tener una piedra en el riñón. De nada te va a servir jugar a piedra, papel y tijera

En el ámbito de los narcóticos la piedra da muuucho juego. Hay piedras de todo para drogarse, y me han dicho que de todos los tamaños.

Si elegís volar por las piedras, las vas a ver a millones. En las colas de los cometas, los anillos de saturno, los meteoritos. Si estás ahí arriba de nada te va a servir tirar la piedra y esconder la mano. Ni decir Piedra libre para todos los compañeros, porque casi seguro que no va a haber nadie entre tanta piedra. Nadie a quien correr a piedrazos. Y si elegís quedarte en la ciudad… bueno, ahí ya no me meto.

No nos olvidemos de otras piedras. La piedra filosofal, esa que todos buscan, hasta Harry Potter. O el empedrado de pintas… saben lo que es el empedrado de pintas, un plato de judías pintas amontonadas, con un poco de morcilla, tremendo.

Está también la piedra del encendedor, bendita y maldita, tan difícil de cambiar a veces. O la piedra de los molinos, tan difícil de mover.

Tenemos las piedras preciosas. Que si son tan lindas será porque el tipo que las recoge en Sierra Leona trabaja por la comida… No será que algún intermediario las embellece por el camino y por eso son tan preciosas…

Y están las piedras de la Intifada que no dejan de volar.

No, nos olvidamos de la piedra de Tandil. Ni de todas las piedras de España. En la península hay tres pueblos que se llaman La Piedra, en Lérida, La Coruña y Burgos. También están Fuente de Piedra, Piedrahita, Piedrafita, Pedralbes en Barcelona.

En los apellidos pasa tres cuartos de lo mismo, Los Piedra, Los Piedras, Los Pedroso, Pedregal…

Y de refranes andamos sobrados. “A árbol caído, todo son piedras”, o sea, nos siguen pegando abajo. “Bien está cada piedra en su agujero.”, ese es bueno. “Menos agua da una piedra”, o sea, conformate. Y después hay uno que es mentira: “Dios castiga sin piedra ni palo.”

Así que ya saben. El que esté libre de culpa que tire la primera piedra.



Alejandro Feijóo

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